Se ha ido la luz. Hace dos horas, o más, que no funciona nada. Tampoco el teléfono. Mamá y yo estamos incomunicados en casa y no tenemos información. “Te dije que compráramos un hornillo”, me acaba de recordar. Los días de la Dana nos dejaron en una incertidumbre similar. “Lo compraré, vale”, le prometo.
© 2025 Máximo Huerta
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