Desde hace un tiempo, acumulo cajas de varias mudanzas. No las he abierto. Siguen ahí con las cosas de Madrid o las de la playa, todo amontonado en su correspondiente orden en un trastero que era habitación de juventud. Allí donde un día estudiaba, ahora hay una guitarra sin cuerdas, dos máscaras de carnaval, un montón de libros y la orla de la universidad que enmarcó mi padre porque se sentía muy orgulloso de mi. Pero. El trastero está cuajadito de cosas. ¿O son trastos?
© 2025 Máximo Huerta
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